A su edad, sin experiencia laboral previa y con un terreno de extensión limitada para cultivos comerciales, no tenía muchas opciones.
Hace 4 años perdió a su compañero de toda una vida, por lo que el mundo le cambió totalmente. Así, decidió echar adelante el negocio de cría, cuidado, amansamiento y adiestramiento de caballos para equitación recreativa que heredó de su esposo, quien había sido jinete y fundó el Establo Modesto hace unos 40 años.
“Decidí continuar con el establo en honor a él, por no fallarles a los clientes que descansaban la preocupación de sus caballos sobre nosotros y además para no eliminar la fuente de sustento mía, de mi familia, nuestro ayudante y otros que se benefician de un empleo, indirectamente”, expresa emotivamente, Andrea Berroa, quien agrega que le produce felicidad satisfacer las necesidades de recreación familiar, lo que contribuye a la estabilidad de las familias.
Cuando parecía que todo era tinieblas para ella, vio la luz a través de una amiga que le habló del microcrédito. Con esa facilidad empezó a reorganizarse y a remodelar los corrales del Establo, donde ofrece el cuidado y entrenamiento de caballos, para clientes que viven en la ciudad o fuera del país, incluyendo los propios.
Esta actividad agropecuaria, según la clasifica la CIIU por ser crianza equina, se basa en alimentar al animal, velar por la salud, en caso necesario inyectarlos o ponerles suero, amansarlos y adiestrarlos para que sean montados por sus dueños, quienes usualmente asisten los fines de semana.
“Mis clientes son empresarios, militares y amantes de los caballos. Están satisfechos con el cuidado que les brindo a sus animales y del servicio que les doy. Les ayudo a ensillar y colocar las riendas y estribos cuando vienen. Les agradezco que confiaron en mí, cuando más los necesitaba y me brindaron una oportunidad para continuar con el negocio”.
Ser mujer, al frente de trabajos que nuestra sociedad considera de hombres, es una tarea difícil, pero no imposible. “Con perseverancia y tenacidad les demostré a los clientes que puedo ser tan capaz como lo fue mi esposo”.
El Establo Modesto ha crecido, ya que doña Andrea ha captado más caballos de nuevos clientes, a quienes les mantiene al tanto de la condición de estos, haciendo uso de la facilidad que da la tecnología: El WhatsApp.