Muchas personas se quejan de la vida, de lo que quieren y no han podido lograr, quizás, porque no lo han intentado. Pero ese no es el caso de Eduvina Hernández Pascual, una inquieta mujer que con su creatividad logró tener un espacio que desde hace años es de dónde saca el sustento de su familia.
Tuvo la astucia de alquilarle una parte de un local del comedor-cafetería al control de transporte público de Cristo Rey. El impacto en volumen de clientes fue inmediato.
Decenas de personas visitan diariamente el comedor “Doña Mireya”, principalmente para desayunar y almorzar, donde desde lejos el olor de la típica comida dominicana los llama. Allí vende comida a los transeúntes, a los choferes y pasajeros, quienes disfrutan de su rico sazón.
Todos la conocen como una persona muy amable y cariñosa, lo cual atrae a los clientes. En su negocio, prepara diferentes tipos de platos, muchos de los cuales, aprendió a través de los años, pero otros, mediante la realización de varios cursos de cocina y repostería.
“Los choferes de la ruta de Cristo Rey a los que les renté el local de al lado son mis principales y más fieles clientes, hice esto porque ellos necesitaban un lugar y quien les supliera las necesidades de comida y bebida. Sus pasajeros y los transeúntes por la calle también me compran”, expresa.
Ella misma lleva el control de lo que ocurre en su negocio, lo anota todo.
“Preparar un menú distinto para cada día, esa es mi estrategia; que aquí los clientes encuentran lo que los otros no tienen. Además de que cocino muy bueno”, agrega.
“Mantenemos la familia de ahí, hemos cambiado un poco la calidad de vida”, dice la microempresaria que siempre piensa en su desarrollo, por lo que compró una estufa para calderos grandes, por la gran demanda.
En sus planes cercanos, anhela ampliar su comedor y acomodarlo para que se vea mucho mejor y sea más acogedor para los clientes.
Resalta que lo que la ha ayudado a mantenerse activa ha sido el microcrédito. “Me ha beneficiado bastante porque el crédito fue lo que me ayudó a desarrollar y hacer realidad este negocio, pues yo me dedicaba a la venta de colchas y almohadas. Además he ido comprando los equipos de trabajo y utensilios que necesito”.