Pablo Antonio Guerrero es un emprendedor veterano con ejemplar capacidad de adaptación. Ya con amplia experiencia previa como productor y comercializador de plantas para productores agrícolas de exportación, con la llegada de la pandemia, que complicó las cadenas de suministro a nivel mundial, decidió abrir espacio a la piscicultura, por lo que se diversificó ampliando su negocio a la crianza de peces.
Cuenta que, al cerrarse todo por un largo período, su negocio anterior no pudo funcionar tan activo como antes. Con una importante inversión fija en terrenos decidió sacarle provecho e inició esta nueva actividad, la cual dice es muy lucrativa.
Don Pablo tiene 2 pozos de gran tamaño, donde se encuentra criando aproximadamente 20 mil peces Pacú, especie que proviene de Brasil, de gran valor nutricional, y que se comercializa en toda Latinoamérica, siendo demanda por su buen sabor. También posee unas 10 mil tilapias en otro estanque.
Con una pala mecánica creó la especie de lago donde tiene sus peces. La idea es mantenerlos en un ambiente lo más natural posible. Ha tenido que realizar una gran inversión en la construcción de los estanques, equipos y en logística de este nuevo negocio, pero afirma que bien vale la pena ya que proyecta ventas semestrales de unos dos millones de pesos dominicanos.
Don Pablo es la evidencia de que existen condiciones para que los emprendedores puedan salir adelante si cuentan con facilidades de microcrédito ofrecidas por entidades especializadas y a la vez obtienen asesoría técnica del gobierno. Esto muestra la oportunidad de desarrollar una empresa sostenible, de alto impacto positivo en el medio ambiente, en la salud y en la canasta familiar.
Don Pablo, quien pertenece a una asociación en la que ya hay compradores de su comunidad y zonas aledañas interesados en distribuir a restaurantes, supermercados, etc, expresa que entre sus planes para el próximo año está, “armar mi propio laboratorio para la reproducción de los alevines”.
Nos dice: “He aprendido acerca de la preparación del alimento para los peces y del mercado objetivo. Es buen negocio y me anima que estoy contribuyendo al equilibrio entre medio ambiente y la sociedad como lo hago con el vivero”. Tomó unos entrenamientos con especialistas chinos en Nigua sobre la crianza de peces y cómo preparar su alimentación. No obstante, no se detiene con esto e investiga a diario sobre mejores técnicas de producción y comercialización.