Para Arelis y su esposo, Jorge Padilla, Dios es la clave del éxito, “fuera de Jesucristo no hay nada, luego un trabajo honrado, sumado con un cliente satisfecho”.
Esta pareja, padres de tres niños, atravesaron situaciones difíciles que les llevaron a buscar nuevas formas de ganarse la vida. Tras varios intentos en diferentes negocios, todas las oportunidades se dieron para que pusieran un colmado.
Iniciaron desde cero, con un Freezer viejo. Con la ayuda de microcréditos, las habilidades de negociación de él y el excelente servicio al cliente de ella, han transformado el humilde colmado en casi un minimarket.
“Hemos incluido algunas góndolas, esto hace que la mercancía esté más visible y más ordenada, lo cual gusta y da confianza a la hora de comprar y todo gracias a los recursos recibidos por los préstamos” comentó Arelis.
“Me considero una emprendedora, con habilidades para el servicio al cliente que combinadas con las de mi esposo que negociando consigue buenos productos y a muy buenos precios“. Juntos han formado un magnífico equipo que les ha cambiado la vida.
En el camino han aprendido muchas cosas y han tenido que sacar de abajo. Estratégicamente registraron los códigos de mayoristas para vender al por mayor y a negocios pequeños, para ampliar la clientela.
Esta incansable pareja ya tiene su plan estratégico de trabajo: a corto plazo más inventario, remodelar, organizar en góndolas y convertirlo en minimarket. Incluir tres deliveries mejorando el servicio, abarcar una mayor población y crear empleos. A mediano y largo plazo, comprar un solar ubicado enfrente del negocio y poner un car wash.
Sus planes también incluyen a la comunidad. Estos mandaron a hacer unos chalecos a los motoconchos de la zona para que estén identificados y así la población se sienta segura cuando usan sus servicios, aprovechando publicitarse en los mismos. Además, con la Junta de Vecinos colaboran en la limpieza de las aceras e hidratación del equipo de limpieza con refrescos.
Doña Arelis, en agradecimiento a la provisión del Señor y en obediencia, visita el hospital de la zona y lleva dulces a los niños enfermos para alegrarles el día.
Consideran una bendición el acceso al microcrédito para desarrollar su negocio, pues su calidad de vida ha mejorado bastante, adquirieron un solar de 950 metros para la construcción de su casa. Han inspirado a sus hijas a ser emprendedores cuando crezcan.