Pedro Suero: inició vendiendo 500 plátanos al día en un caballo, hoy vende 10,000, plátanos al día en dos camionetas.
Pedro Suero Núñez y sus hijos comercializan plátanos para hogares, negocios pequeños, para el mercado en su comunidad San Bartolo Arriba, en Jima Abajo, provincia La Vega y se extienden en su distribución hasta abarcar clientes en Santiago.
“Le compramos a los agricultores lo que ellos llaman rechazos, que son los plátanos que no se exportan, quizás por pequeñas manchas, pero que siguen siendo de alta calidad y los vendemos al por mayor y al detalle”, explica el esmerado empresario.
Es un negociante natural que valora la responsabilidad y la seriedad, cualidades que dice es su legado para sus cinco hijos, más dos adoptados, de los cuales dos le asisten en el negocio.
Don Pedro, de 65 años, no tiene un sistema contable, pero desde joven valora la importancia de no dejar a la mente sus números, por lo que lleva sus apuntes en cuadernos. Sus clientes son principalmente los vendedores del mercado, los dueños de colmados pequeños y las amas de casa. Aunque afirma que tiene una competencia fuerte de vendedores de víveres, tiene clientes que son muy fieles, por el cumplimiento en buen producto y excelente servicio.
Siempre trata de ser el primero en llegar a la finca para seleccionar los mejores productos, de esta manera compensa la fidelidad del cliente y les protege. Se ha organizado con sus hijos dividiendo las labores de compra y venta y tiene acuerdos de venta fija con algunos negocios que compran ciertos volúmenes y son visitados en días específicos, con entrega asegurada.
“Compramos otra camioneta para poder abarcar más zonas al mismo tiempo y vender un mayor número de plátanos”, dice este empresario que anhela continuar su expansión, propulsada por el microcrédito. Con su próximo crédito, proyecta adquirir un camión para llegar a 45,000 plátanos diarios comercializados.
“He crecido considerablemente, inicié con un caballo vendiendo un promedio de 500 plátanos al día y luego tenía tres caballos. De ahí empecé a vender en motores hasta que pude adquirir una camioneta, llegando a tener dos en el presente. Hoy vendo 5,000 plátanos por camioneta. Sin el crédito no lo hubiera logrado, al menos no por ahora”, explica con alegría.
El motivador comerciante agrega que: “de mi familia viene la fuerza que necesitamos para seguir adelante”.