Residuos y escombros de la construcción son transformados en finos topes, mallas y mosaicos, por su microempresa.
Banister, cursaba la carrera de arquitectura cuando, por la llegada de su primogénito, tuvo que dejarla para enfrentarse al mundo laboral y proveerle el sustento a su familia.
Eso le llevó a prepararse como maestro albañil y es así, realizando este trabajo, que le surge la idea de reciclar los materiales resultantes de demoliciones, usualmente considerados como desechos de construcción o basura, sacándole provecho y reutilizándolos en diseños de fachada, contribuyendo así con la protección del medio ambiente.
Con la ayuda de los préstamos dio forma al proyecto, formalizó su compañía y ha ido ofreciendo los servicios a distintas personas y empresas, entre ellas algunas del estado como hospitales y escuelas y está realizando gestiones para exportar a las islas del Caribe, donde ya tiene un posible cliente.
En Coral King, nombre de la empresa de Banister, se dedican a ensamblar piezas, que actualmente las venden sueltas en el mercado, las pegan con resina y las venden como mallas decorativas para baños y fachadas. Todos los sobrantes los utilizan, de hecho, los pedacitos que restan de estos son molidos y se venden como piedrecitas para jardín. De no hacerse este reciclaje estos desechos podrían parar en solares y terrenos generando erosión, basureros, pérdida del PH del suelo y contaminación del aire.
En los últimos años, el mundo ha presentado cambios sustanciales en la construcción y la arquitectura, posiblemente debido al auge de las ideas de sostenibilidad, eficiencia energética y respeto por el ecosistema. Esto le confirmó a Banister que su idea de negocio era factible y estaría realizando sus labores favoritas: Diseño y cuidado del medio ambiente.
“La construcción sostenible es una premisa fundamental en los proyectos de arquitectura y yo, plenamente consciente de su importancia, ya no solo busco usar materiales reciclados como elemento decorativo, sino que estos forman parte de mi sistema constructivo. Siempre hago uso de los desechos de otras construcciones y de extracciones de minas y canteras, entre otros”.
Con esa actividad, el señor Abreu evita el consumo excesivo de los recursos naturales, ya que según un estudio, al final de la vida útil de la construcción, casi un 50% de los materiales utilizados, a menudo, se convierten en escombros, los cuales tiene numerosos efectos negativos en el medio ambiente.