En actividades agropecuarias no tradicionales como el cultivo de palmas ornamentales para cadenas hoteleras y la venta de cerezas, esta empresaria se insertó en el sector productivo.
Ser arriesgada, persistente y positiva, pero sobre todo pensar siempre en grande es la mejor manera de describir a la microempresaria Liliana Peña, quien con mucha visión decidió que la plantación y cultivo de matas de palma y cereza, serían su ocupación ideal, tras ver este modelo de negocio ejecutado por otra persona de la comunidad.
Su vivero, ubicado en un terreno de 20 tareas que tiene al lado de su casa, en Cenoví, San Francisco de Macorís, ha sido el medio que le ha permitido insertarse como ente productivo en la sociedad, tras dedicarse a la cosecha y venta de cerezas, las cuales distribuye en el mercado de su localidad y en los de Santo Domingo, donde ha adquirido una clientela fija.
La colecta de las cerezas se realiza inter-diario, durante un período de 3 a 4 meses, en el año, donde cuenta con 5 empleados, en ocasiones sub contrata un mayor número si se requiere, dependiendo de la producción. Generalmente logra venderla a muy buen precio, unos RD$350 la cubeta. Cuando la cosecha comienza se vende hasta a RD$900, pero cuando hay mucha, baja a poco menos de RD$300.
La cereza tiene un gran potencial en el mercado local y en los Estados Unidos, según han afirmado expertos del área en el país, y es ahí donde Liliana sueña llegar cuando expresa su anhelo de convertirse, en un futuro no muy lejano, en una gran empresaria.
Su otra pasión es el cultivo de matas de palmas, las cuales tras 4 años de cuidados están aptas para comercializarlas con fines ornamentales, utilizándose mayormente para decoración en hoteles, en áreas públicas que embellecen los ayuntamientos y las grandes empresas para sus jardines. Esos son actualmente sus clientes, quienes realizan encargos por docenas o por cientos de palmas. Cuenta a la fecha con 500 palmas sembradas de tres variedades.
Liliana Peña tiene grandes planes para este ambicioso proyecto, que cuenta ya con 10 años de labor, pues desea comprar más terreno y agrandar la producción para suplir a un mercado mayor que requiere tanto de las cerezas como de las palmas. De esta manera contribuye grandemente al sustento de un sin número de familias que se benefician de este sector.