Implementando una variedad híbrida de cacao, pudo propulsar el desarrollo de la finca familiar ante la enfermedad de su padre.
Este agricultor dominicano, Nicolás Morales Reyes, criado en una familia que ha sembrado desde antes que naciera, ha sabido sacar provecho a la fertilidad de la tierra donde vive. Por muchos años se dedicaron a cosechar víveres, pero luego vieron una mejor oportunidad en un fruto muy preciado en casi todo el mundo.
El cacao ha sido un cultivo tradicional de República Dominicana. Actualmente el país cuenta con una superficie cosechada de 2.4 millones de tareas, entre las que se encuentran las de la familia Morales Reyes, ubicadas en el pueblo de Hostos, provincia Duarte, siendo esta la que lidera las provincias productoras.
Nicolás, hijo mayor de don Víctor, propietario de la finca, asumió el control de esta cuando su padre enfermó y la producción de cacao cesó.
El cacao que cultivan es un híbrido, es decir se hace un injerto de cacao brasileño y cacao dominicano, el cual se ha venido produciendo en el país desde hace varias décadas y es el que buscan las asociaciones que lo comercializan para exportación.
Nicolás se ha dedicado a aumentar y mejorar la producción, bajo la orientación de su padre, aprovechando su gran experiencia como agricultor y con el entero apoyo de sus hermanos, valorando mucho el manejo postcosecha del cacao, un aspecto de máxima importancia para presentar al mercado un producto de calidad.
Toma muy en cuenta cosechar únicamente frutos maduros. Las mazorcas verdes no se deben recolectar porque el grano origina un producto amargo. Consideran también la periodicidad de las recolecciones, la cual debe corresponder al volumen de la cosecha, entre otros pasos importantes para asegurar su comercialización a nivel nacional e internacional, justificando un mejor precio.
Entre abril y mayo es cuando empieza la planta a dar los frutos, la cual produce unos 100 quintales anuales, en unas 40 tareas, propiedad de los Morales. Su principal comprador es la Asociación de Cacao de Castillo.
Nicolás cuenta que aunque se han unido para sacar la producción adelante en familia, es gracias al microcrédito que han logrado que la finca produzca mucho más y darle mantenimiento, cumpliendo así con la demanda.
En las últimas décadas, el cacao híbrido ha ido ganando participación en el total de las exportaciones del país, aportando divisas a la economía.