Es oriunda de La Vega, ciudad culta y olímpica. Tiene 65 años, 5 hijos un espíritu imbatible que la llevó a emprender, creando una sala para impartir clases de inglés moderno, apoyada en el microcrédito.
La resiliencia es justamente lo que le ha permitido mantenerse activa y sacar adelante su escuela de inglés. Es maestra de vocación, y enseñar es lo que ha hecho en todos los lugares donde le ha tocado vivir. Estuvo varios años en Estados Unidos y en España, donde no podía dar clases de inglés, pero las impartía de español. Al retornar jubilada a la República Dominicana, en vez de cruzarse de brazos, buscó la manera de seguir aportando a la sociedad con sus conocimientos.
Doña Rosa Adelba es una mujer muy activa y dinámica, que es adorada por sus estudiantes, por esa actitud tan jovial y divertida con la que les enseña. Es la madre de la paciencia, enseña con amor y centra su interés en que aprendan.
A pesar de que la pandemia amenazó con que su escuela desapareciera, dado que casi la totalidad de sus estudiantes no contaban con medios electrónicos o recursos para adquirirlos que le permitieran tomar clases virtuales, ella encontró la manera de continuar con sus estudiantes sin ponerlos en peligro ni exponerse ella. Individualizó las clases, o las dividió en grupos familiares, tomó en cuenta la distancia y adoptó las medidas de bioseguridad. Así logró mantener a flote las clases, las cuales tienen una metodología presencial y práctica. Nunca hubo contagios entre los miembros de sus clases y pudieron recibir educación durante la pandemia.
Se siente útil y gana dinero. Está contenta de haber contribuido a que un número de personas haya aprendido a dominar el idioma inglés, lo que les ha permitido crecer profesionalmente y les ha abierto nuevas puertas, la pandemia no la detuvo en su afán de enseñar.
Su plan para el año 2022 es adquirir mobiliario más moderno que permita a sus estudiantes mayor comodidad para el aprendizaje y mantener los controles de salud y distanciamiento en su aula.