Estas típicas y coloridas alfombras artesanales pasaron de ser las simples alfombras de retazos a las famosas y hoy demandadas “pellizas”, original creación dominicana.
Se les puede ver a ambos lados de la Autopista Duarte, mostrando la alegría de la dominicanidad, en ruta al Cibao y de regreso a Santo Domingo en la zona de Piedra Blanca, Bonao. De ahí es justamente Tomasina Trinidad, mujer fajadora que por necesidad aprendió a tejerlas, oficio que le parecía requería de una paciencia que ella no creía tener, pero que ahora ama hacer.
Se elaboran totalmente a mano, sin utilizar herramientas. La creatividad de esta artesana queda plasmada sobre un simple saco o yute relleno de pequeños y coloridos trozos de tela, revolucionando de esta manera la decoración en el hogar y de grandes eventos.
La tela utilizada por Tomasina para la elaboración, la adquiere de un señor que trae retazos grandes que quedan en las zonas francas y que pueden ser reutilizados. Los sacos son reciclados, los adquiere de fábricas de canquiñas que los desechan después de usar la azúcar que viene en ellos. Por tanto, en este oficio se colabora con la protección del medio ambiente, reutilizando estos materiales y dándoles nuevo uso.
Antes se utilizaban solo para ofrecer comodidad a los choferes en sus asientos, en la actualidad estas peculiares piezas, que ya se han internacionalizado, son confeccionadas a gusto o preferencia del cliente como un ornamento más en el hogar. Color, tamaño, y estilo son parte de las características que definen las pellizas como hermosas alfombras que impresionan instantáneamente.
Tomasina inició en esta labor trabajando para un vendedor de la autopista que le pagaba para que ella tejiera, pero cuando conoció el microcrédito decidió hacer una inversión e iniciar su propio negocio y hacerla por encargo. Hoy tiene varios vendedores que poseen puestos de venta, y le hacen pedidos para revender. También las hace a particulares por encargo o empresas de eventos que la requieren para dar vida a algunas actividades.
Cuenta que sus trabajos son muy delicados y cuida esa presentación y terminación para el cliente. Y a diferencia de los demás sus pellizas son bien tupidas, la creatividad es lo que la diferencia.
Las “pellizas” son valoradas por decoradores para complementar sus trabajos, por lo que es común verlas en sets televisivos y en oficinas corporativas, poniendo un detalle artesanal puramente criollo a los espacios.