Juan Reynoso: Porcicultor que siempre busca incrementar la crianza y productividad.
La porcicultura es la actividad que incluye la crianza, alimentación y comercialización de los cerdos y es un negocio con bastante demanda en el mercado dominicano. Esta es la actividad a la que Juan Elvis Reynoso Abreu, dispuso dedicar su diario vivir y la cual realiza con gran entusiasmo y satisfacción desde hace dos años, en La Guamita, San Francisco de Macorís, porque es algo que disfruta hacer.
Calificado por personas cercanas y familiares como un hombre trabajador, decidido y entregado en lo que hace. Es de pocas palabras, pero de muchas ideas, y más de ejecuciones.
Sus principales clientes son los dueños de carnicerías y un supermercado. Resalta que hay otros porcicultores en la zona, pero es un mercado cada vez más creciente, por lo que entiende que la competencia es sana y colaborativa.
Su visión para crecer no tiene detenimiento, pues además de una serie de cambios que ha incluido en la crianza de los cerdos, como alimentación y cuidado, para mantenerse operando o incrementar sus ventas, tiene planes de remodelar las instalaciones o pocilgas, para que los animales tengan mayor espacio y no se estrese la carne.
Juan, de 55 años, es un hombre de familia, pues tiene cuatro hijos que, aunque son adultos, todavía viven con él, algunos trabajan fuera, otros le ayudan, pero todos se mantienen de su trabajo.
Este incansable porcicultor, que suple su carnicería y otras que le piden su producto, planea en corto plazo incrementar la crianza y conseguir más clientes de supermercados, agrandar los corrales para incrementar la producción y llegar a tener unos 100 cerdos, el doble de la capacidad de lo que cría actualmente.
El negocio le ha permitido diversificar sus inversiones y bienes con la compra de un colmado y una camioneta. Agradece ser beneficiario de microcréditos, lo cual afirma ha sido un pilar para arrancar y desarrollar su negocio.
El principal impacto ambiental directo de la crianza porcina está relacionado con el estiércol que producen en grandes cantidades, porque puede ser dañino para el suelo, pero eso es cuando la crianza sobrepasa los miles de cerdos, en su caso, ese estiércol sirve para abonar la tierra.
“Yo siento que he avanzado bastante, de no tener nada, ahora tengo todo eso y una casa en la que mi familia se siente cómoda”, expresa con regocijo.